El hielo acelera recuperación de los músculos en Emelec.

Al sumergir la mitad de sus cuerpos en tanques con agua helada, los futbolistas logran una mejor vasoconstricción. Su efecto es vigorizante.

Sobre el jugador

Marcelo Fleitas compartía con Gabriel Achilier un té de yerba mate, mientras sumergía la mitad de su cuerpo en un tanque lleno de agua y hielo. Los defensas de EMELEC culminaban así una jornada de trabajo bajo el mando del preparador físico argentino Ramón Marchetti.

Aunque la escena es habitual en otros medios -los deportistas que practican fútbol americano la usan-, la hidroterapia (utilización del agua como agente terapéutico) recién se está consolidando como una herramienta de trabajo dentro del ‘Bombillo’, aprovechando la piscina que hay en el polideportivo de Los Samanes.

Declaraciones

«Lo que buscamos es conseguir que los músculos se relajen, aminorar la probabilidad de lesiones y también recuperar energías luego de una exigencia física muy grande, en este caso el partido que jugamos a mitad de semana ante Espoli», explica Marchetti.

El procedimiento es sencillo. Los jugadores ingresan a la alberca, realizan los ejercicios que el profesional argentino indica desde un costado (saltos, giros, trotes, piques con boyas, etc.) e inician el trabajo de elongación (estiramiento de las extremidades).

Luego de 40 minutos ingresan a los tanques con agua helada, lugar en el que permanecen durante un cuarto de hora, aproximadamente.

Mientras estuvieron dentro de la piscina, los jugadores tuvieron una exigencia física similar a la que se someten cuando entrenan en una cancha, pista o cualquier otro tipo de superficie dura. En este caso, las cargas de trabajo fueron menores, porque venían de una competencia oficial.

Los resultados

Una de las principales ventajas que ofrece la hidroterapia es que permite «entrenar» sin que las articulaciones sufran un desgaste mayor. La escasa resistencia que ofrece el agua hace que los movimientos de los músculos y huesos sean de menor intensidad, evitando así la hipertrofia (crecimiento de las células musculares).

En general, el agua fría tiene un efecto vigorizante que ayuda a relajar los músculos y evita lesiones como la tendinitis (inflamación de un tendón que se manifiesta generalmente después de un golpe) y contracturas (contracción muscular).

El agua helada también se utiliza para reducir inflamaciones agudas resultantes de traumatismos (golpes).

Sin embargo, Marchetti considera que el beneficio real se verá cuando el cuerpo técnico cuente con todos los equipos necesarios para el tratamiento.

«El cambio de agua caliente a fría es lo ideal. Lamentablemente aún no lo tenemos, pero la gente (dirigentes) de acá se ha comprometido a conseguirlo y estoy seguro de que lo hará, porque nos ha cumplido en todo lo que solicitamos», acota.

Una de las variantes de la hidroterapia (ejercicios leves dentro de la piscina) fue utilizada en 2009 por el cubano José Ernesto Amador, fisioterapeuta de Emelec, para tratar lesiones de los futbolistas.

Gabriel Achilier da fe de los resultados obtenidos.

«Es lo máximo. Uno siente cómo los músculos se relajan. Incluso los dolores provocados por los golpes que recibes en los partidos desaparecen y la recuperación es más rápida», afirma el zaguero.

Marcelo Fleitas y Pedro Quiñónez también se sienten «aliviados» por la acción que ejerce el agua helada sobre los músculos y reconocen que esto les ayudó a alcanzar un mejor rendimiento físico.

«Al principio sientes mucho frío, pero luego te relajas. Definitivamente es una buena alternativa», dice Quiñónez.

Modesto García Díaz – Redacción Expreso Guayaquil

Tratamiento. Nicolás Vigneri (11) y Marcelo Fleitas esperan su turno, mientras Fernando Gaibor y Fernando Giménez (der.) relajan sus músculos en tanques llenos de agua y hielo.