Un gesto muy sentido. La barra Boca del Pozo del Club Sport EMELEC rindió un sentido homenaje a Ángel Martínez, joven hincha eléctrico que falleció ayer en la ciudad de Guayaquil tras una larga enfermedad terminal.
Un trapo gigantesco con un retrato de Ángel Martínez lució la barra azul en el centro de la General del Reales Tamarindos. Mientras tanto, antes del partido se dio un minuto de silencio que terminó en un sonado aplauso de las más de 18.000 personas presentes.
Antes de ser enterrado, los restos mortales de Martínez fueron llevados esta mañana al Estadio George Capwell, su lugar en el mundo y en el que alentó activamente a Emelec, incluso padeciendo de la enfermedad que terminó con su vida.
Un Ángel azul ilumina a Emelec
El Bombillo iluminó la capital manabita. Dos goles de Ángel Mena y uno de Fernando Gaibor desataron la algarabía de los casi 16 mil hinchas azules que llegaron al estadio Reales Tamarindos de Portoviejo. No obstante, el gol albo que llegó de los pies de José Francisco Cevallos dejó un sabor agridulce.
Una diferencia de dos goles es buena, pero una de tres era aún mejor.
Sin duda, la figura del partido fue Ángel Mena. El ‘Zurdo de Oro’ del equipo eléctrico demostró de inicio a fin que quiere el tricampeonato. Y si habían dudas por su molestia muscular en el pasado cotejo ante Deportivo Quito, con fútbol de gran nivel mandó al piso cualquier rumor. Sus dos goles fueron una obra de arte. Fue el juego asociado de paredes y pases filtrados el que le permitió a EMELEC dar el primer golpe en esta primera final.
Marcos Mondaini y Mena fueron los desequilibrantes por los costados. En carriles interiores, Miler Bolaños y Emanuel Herrera aportaron con su grano de arena; si bien no fueron las figuras, tuvieron un valioso aporte sin pelota.
Partido impecable de Achilier y de Pinillo. Ambos fueron reacios en la marca y siempre ganaron en el mano a mano.
Era el cotejo soñado desde las gradas. EMELEC goleaba y la afición coreaba el «Y ya lo ve». A pesar del resultado, no fue su mejor encuentro, aunque ayer sátuvo contundencia. Cuando Liga empezó a acomodarse, llegó el zapatazo de Gaibor. En el segundo tiempo, cuando las acciones estaban igualadas, vino la joya de Mena. El tercero llegó por naturaleza, los azules ya eran dueños del partido.
Pero el júbilo aterrizó con el descuento albo. El punto débil de los dirigidos por De Felippe durante la temporada ha sido evitar faltas cerca del área por el modesto juego aéreo que tienen los eléctricos. Durante todo el cotejo, EMELEC tuvo problemas a la hora de parar limpiamente a los ofensivos de Liga, quienes ganaron algunas faltas cerca del área. Así llegó el tanto de Cevallos.
Desde los arcos, Esteban Dreer y Alexander Domínguez demostraron ser los mejores del país. Cada uno paró un penal a los cobradores comúnmente, designados: el ‘Rifle’ le dijo no al ‘Cachete’ Morales, mientras que el portero blanco se lo negó a Miler Bolaños, el goleador del torneo.
La ventaja es importante, pero el fútbol es impredecible; y dar ya como sentado que EMELEC es el campeón es muy prematuro. Este gran arranque le permitirá al cuadro del De Felippe controlar los tiempos y ser pacientes en la cancha. Mientras que los dirigidos por Luis Zubeldía deberán jugar el partido más importante de la temporada como no lo han hecho en todo el año: salir a proponer y buscar el resultado. En Casa Blanca habrá vuelta azul o milagro albo.
Stéffano Dueñas
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