La décimo tercera estrella llegó para EMELEC y con ella los detalles de su conquista se hacen cada vez más grandes a la hora de analizar este gran momento.
A pesar de que el campeonato que concluyó presentó mayores dificultades para los azules, que los dos anteriores, finalmente prevaleció su hegemonía; hasta antes de las finales era el segundo candidato detrás de Liga Deportiva Universitaria por el puntaje acumulado durante el año pero esos dos partidos ratificaron la superioridad del plantel eléctrico.
Datos relevantes
Entre los aspectos a destacar están la transición exitosa del proceso vivido al mando del entrenador Gustavo Quinteros a lo que logró Omar de Felippe en esta temporada; hubo muchas dudas de lo que podía ocurrir con el rendimiento futbolístico.
Sobre todo porque Quinteros consolidó una estructura de juego que parecía intocable. Sin embargo, De Felippe respetó lo actuado antes de su llegada y poco a poco fue imponiendo su sello; el técnico argentino menciona que costó al inicio adaptarse al medio ecuatoriano pero tras haber logrado el título nacional, parece que dicha adaptación se cumplió con éxito y no se puso en riesgo el favoritismo natural de EMELEC de los últimos años.
Emelec
En este aspecto también lleva mérito la dirigencia encabezada por Nassib Neme; desde la resignación al ver cómo el entrenador del equipo se iba, hasta la firme decisión de contratar a su reemplazante con la confianza de que el proceso no sufriría cambios drásticos. Y acertaron, con la plena conciencia de que traer a un nuevo técnico tampoco es una lotería sino que el análisis de su llegada traerá los mejores resultados para el equipo.
El tricampeonato de EMELEC significó además la ratificación de los momentos ideales de varios de sus jugadores, y es que el cuadro eléctrico logró combinar el rendimiento colectivo con el individual.
El bloque defensivo tuvo sus líderes naturales, Esteban Dreer, Gabriel Achiler y Jorge Guagua; un medio campo que consolidó el trabajo grupal con Pedro Quiñónez, Fernando Gaibor y Marcos Mondaini y los atacantes en su mejor nivel, Ángel Mena y Miller Bolaños.
Será difícil olvidar la nómina de los tricampeones que año tras año no necesitó mayores cambios, sino simplemente del refuerzo justo y medido para seguir siendo competitivos.
La escala de valores ubica a EMELEC en lo más alto, y el compromiso de todo su entorno se hace más grande para mantenerse arriba y con objetivos que ya trascienden nuestras fronteras.
Los azules cerraron un año inolvidable siendo los mejores, el 2016 los espera por más.
Por David Lucero
Director Nacional de Deportes EcuadorTv
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