Nació en el Oeste bonaerense, creció en Chicago y subió con Quilmes. Ayer, le tocó estar del otro lado.

Desde Morón, en la provincia de Buenos Aires, sus amigos y familiares que quedaron en la Argentina observaron, con sensaciones encontradas, cómo Marcelo Ramón Elizaga le atajaba el penal a Carlos Tevez y se empezaba a convertir en la figura del seleccionado ecuatoriano. El argentino, que se nacionalizó en 2007, fue uno de los puntos altos del duelo de Quito.

Con 11 partidos jugados para Ecuador -su debut fue en un amistoso ante Irlanda-, Elizaga aceptó la propuesta que le llegó luego de dos temporadas en el EMELEC donde fue elegido como el mejor arquero del torneo.

Su comienzo en una competencia oficial se dio en la Copa América de Venezuela 07, a los 35 años, cuando hizo su presentación frente a Brasil.

Surgido en Chicago, Elizaga comenzó su carrera en 1992 y continuó en el equipo de Mataderos hasta el 98, cuando pasó a Lanús. Dos años más tarde, se fue al Quilmes dirigido por Gustavo Alfaro, que consiguió el ascenso a Primera. En ese plantel, entre otros, fue compañero de Danilo Gerlo -ahora en River- y de Agustín Alayes, quien juega en Estudiantes de La Plata.

CLASIFICACIÓN DEL BOMBILLO

La chance de irse al exterior se cruzó en 2005 y el nacido en el Oeste de Buenos Aires no dudó en probar suerte en Ecuador. Al Emelec, donde todavía ocupa el arco cada fin de semana y ahora defiende la camiseta de la selección, desde aquella convocatoria de Luis Fernando Suárez.

Atento, desde el arranque, para tapar con el pie el remate de Tevez. Clave en el penal del ex Boca -al margen de que se adelantó unos pasos-, y decisivo en la tapada a Fernando Gago cuando el partido estaba empatado. Con esas intervenciones su imagen fue en alza hasta llegar a ser figura. Con 37 años, fue el escollo cuando el seleccionado argentino estuvo cerca de romper con el cero para, tal vez, encarrilar un triunfo.

El Polaco, como lo apodan desde su paso por el fútbol de ascenso, sólo se mostró eufórico cuando atajó el penal de Tevez. Sin embargo, en los goles de Ayoví y Palacios no festejó como lo hubiera hecho contra otro equipo. Quizás, sintió que debía respetar su pasado. Tal vez, pensó que esos amigos de la infancia o papá Ramón, detrás de un televisor, también lo jugaron como él.

El esfuerzo, el camino recorrido, la posibilidad de grande y un partido que, seguramente, no se borrará nunca de su disco rígido. La tarde en Quito, ante Argentina, en la que Elizaga fue fundamental para que su selección se meta cerca de los últimos boletos para Sudáfrica 2010.

Via : edicion electronica Diario El Clarin