En la categoría : Opiniones
Dentro del tema : Copa Libertadores | EMELEC | Fútbol
Autor del texto : Páginas Ecuatorianas
Fecha de publicación: 11 Ago, 2019

¿Fue digna la participación de EMELEC en esta sexagésima edición de la Copa Libertadores de América? Sí. Muy digna. Terminar eliminado en penales de visitante por el gran Flamengo brasilero, con su plantilla millonaria de 200 millones de dólares, diez veces más que su rival, en el mítico Maracaná casi repleto, al que se le derrotó de local sin discusiones, da para calificar de digno a su cierre en Copa. ¿Sirve de algo terminar dignamente? No. Para mí, no. Un final digno, por muy digno que sea, no logra resultados. EMELEC fue eliminado y punto. Una Copa más quedándose a medio camino. Sin llegar a lo que todo el mundo Azul sueña, jugar la final y ganarla.

¿Qué falta? Para mí jerarquía. Y esa jerarquía la dan los jugadores de nivel. Y esos jugadores de nivel cuestan dinero y mucho. Entonces salta a la palestra el tan mencionado hecho de la inversión económica que se traduce, en el dinero del fútbol. Y con ello sale a luz le eterna pregunta ¿Los millones juegan al fútbol? Para mí lo de los millones que juegan al fútbol, siempre será relativo, siempre, porque al final dependerá de, como se den según las circunstancias y los resultados. Si analizamos la serie de Emelec – Flamengo, por las circunstancias como se dieron las cosas. Podríamos decir. No y mil veces no. Los millones no sirven, no marcan diferencia, no juegan al fútbol y no juegan, porque los brasileros no superaron a los ecuatorianos, ni en fútbol ni en el marcador. Aquí los “Azules” ganaron 2-0 y allá lo hicieron los del “Mengao” por idéntico marcador, ¿Qué marcó la diferencia: los penales? Penales que no son una lotería, porque no lo son, son una posibilidad cierta y concreta, si los pateas bien debes anotarlo. Ellos patearon cuatro, metieron los cuatro, los nuestros patearon cuatro y fallaron dos. Visto así todo salió a la par entre el “gigante”, cuya plantilla cuesta 200 millones de dólares y la del “pequeño” 20 millones, diez veces menos.

A esa paridad futbolística, solo definida en penales, está además la circunstancia en, como se dieron las cosas. Empecemos por el principio. Aquí, Emelec ganó 2-0 con algunas variantes a su favor o en su contra, según el punto de vista del análisis. Porque puede ser a su favor y para ser alabado, el hecho altamente meritorio de que jugó 18 minutos del partido con un hombre menos y no decayó. Como podría ser calificado negativamente, el mismo hecho, pues siempre será perjudicial jugar con uno menos, más si es una expulsión del mejor hombre de su defensa (Leandro Vega) por un exceso en ir a la marca, en un jugada fuera del área a un costado de la cancha. Fue expulsado al minuto 54 tras agredir a Gabriel que se escapaba en busca del gol. El argentino alzó su pierna demasiado alto y eso es falta y roja, aunque se quiera discutir la gravedad de la falta. Fue falta y punto. Luego en algo la buena fortuna para Emelec y mala para los brasileros, hizo que ambos equipos queden en iguales condiciones y con el mismo número de jugadores, cuando al minuto 72 el mediocampista creativo, capitán y figura del equipo Diego sufrió una lesión grave, abandonó la cancha y no pudo ser remplazado porque el técnico portugués Jorge Jesús ya había agotado los tres cambios. Y respecto a ese hecho, hay que ser justo y objetivo. La mayoría del periodismo ecuatoriano lo calló y lo hizo pasar desapercibido, pero la falta de Dixon Arroyo, que le produjo la rotura del tobillo al jugador a quien se le acabo la temporada, era para tarjeta roja. El árbitro se equivocó en beneficio de EMELEC y ahí no se dice nada.

Los contreras dirán “sí pero 18 minutos con un hombre menos no es mucho”. No han jugado fútbol. 18 minutos con un hombre menos es bastante. En ese tiempo el equipo que tiene un jugador más puede hacer sentir la diferencia y en parte Flamengo lo hizo porque fue el tiempo que reaccionó y metió a EMELEC en su campo, creando un par de opciones de gol, que para bien de los Azules no fueron concretadas. Ya en igualdad de condiciones, con diez jugadores ambos equipos, EMELEC aumentó la ventaja siete minutos después de la salida del brasilero lesionado. Que fue una jugada fortuita, que fue un “zorro” de Romario Caicedo que buscó el centro y no tiro al arco, que el balón, pegó en un rival y cambió la trayectoria entrando a la portería en gol en contra, que fue “zorrazo”, lo que sea. Fue gol y punto. Con ese gol se ganó 2-0. ¿Valieron los millones esa vez? No porque el “chiro” le ganó al millonario y para EMELEC no lo fue y tanto no lo fue, que ganó. No hay más que decir. EMELEC sacó una ventaja para ir a Brasil, ventaja que no supo aprovechar. Ahí está el punto. No supo aprovechar la ventaja y eso se llama incapacidad. No vengan a hablar de mala suerte. No fueron capaces de mantener la ventaja, porque no fue mejor que su rival. Los resultados lo dicen, no yo.

La vuelta

Ahora, analicemos, el partido de vuelta, enfocado nuevamente al tema de los millones en el fútbol. Allá EMELEC perdió sin ser avasallado, no lo pasaron por arriba, a no ser los 20 primeros minutos en que los brasileros fueron ampliamente superiores conquistando los dos goles con los que ganaron e igualaron la serie. De ahí en más sobre todo en el segundo tiempo, EMELEC se recuperó, no permitió jugar a los brasileños, lo atacó, en ciertos pasajes del partido, lo dominó, lo tuvo a su merced y no aprovechó la gran oportunidad de su vida, la de tener a su rival a su disposición y no lo liquidó. Ahí es cuando digo, que hubo falta de jerarquía, de calidad.

Hay que decir también que en el lapso que EMELEC lo superó, Flamengo se replegó, le dio campo y balón, confiados en que harían fácil el tercero y liquidarían el pleito. Se equivocaron al menospreciar, al confiarse, no se les hizo fácil, su rival les resultó un hueso duro de roer. Pese a ello, hay un hecho que pasa desapercibido y es que en ese lapso, EMELEC no creó más que una sola opción clara de gol, la que desperdició Brayan Angulo, que tampoco fue tan clara que digamos porque luego de ir frente al arco, no remató. Y ellos hicieron tres, tres clarísimas, pero que erraron increíblemente, goles de esos que se dicen “cantados”, “imposibles” de fallar, que no fueron imposibles por que los fallaron escandalosamente. Ese hecho deja una lectura, ellos cuando quisieron, llegaron sumamente fácil por la calidad de sus jugadores, calidad que no sirvió en la puntillada final, que sería decir, de nada valieron los millones, si fallan goles “cantados”. EMELEC no tuvo claridad para anotar. Y allí hay un punto a considerar. EMELEC no tiene ideas, no tiene variantes, no tiene un jugador creativo que cambie por si solo con base en su calidad y talento, el rumbo de un partido, que se eche el equipo al hombro, no tiene ese talentoso que marque diferencia y eso pesa mucho en el fútbol.

Sumado a que su técnico, el español Ismael Rescalvo, al recibir un gol tempranero que desbarata todos los planes y derrumba en segundos, lo trabajado en una semana, no tuvo el tiempo suficiente para afianzar a su equipo en el terreno de juego e implantar lo que al parecer por el resultados era ir en búsqueda de mantener la ventaja y asegurar la serie, mas no la de golpear primero. Un gol de visitante podría haber liquidado el pleito. Y en ese “aguantar” el partido, rápidamente muy rápidamente fue castigado, cuando se encontró en desventaja en el marcador. Era al estratega español a quien correspondía plantear la estrategia y disponer de los mecanismos necesarios para plantear una correcta disposición táctica tras el golpe recibido, en el que se reaccionó muy tarde, a poco de finalizar el segundo tiempo. Por lo sucedido, podría analizarse que o no se trabajó en ello, o no se cumplió lo trabajado. ¿Habrá pesado demasiado el hecho de respetar al rival y al Maracaná? También es cierto que jugarle de igual a igual al Flamengo, sin tener las mismas armas, es un suicidio. Debes salir a protegerte, sí, pero también a golpear. No se hizo eso. Ahí hay que darle un mérito al equipo brasileño y eso se llama jerarquía, actitud, disposición, calidad, esa que sí dan los millones de dólares. Fue desde el inicio a buscar el partido, a liquidar el pleito, a igualar la serie. No necesito del denominado “round de estudio”. Nada. Salió a matar de una y mató. Ya antes de los dos minutos de juego, antes del gol, había llegado con peligrosidad dos veces.

En el partido de vuelta, además hay que considerar un punto importantísimo. El arbitraje. A EMELEC le sancionaron un penal inexistente, para muchos fue un robo descarado del árbitro argentino Nestor Pitana, criticado incluso por un referente del arbitraje como su compatriota Javier Castrilli, que dijo que su fallo perjudicó a Emelec. Lo mayormente para mí es que no haya acudido al Viedoarbitraje Var. Y no me vengan con cuento que se dañó el intercomunicador. Podía ir a ver la jugada y no lo hizo, lo cual da para especulaciones. Esa que dice que a los brasileños los ayudan. Puesto en otra perspectiva, real o no, que te sanciones un penal “inexistente” “injusto” a los cinco minutos es para “matarte” y a EMELEC en ese momento, lo mató. Lo desequilibró, lo desconcentró y le hicieron el segundo, con lo cual la serie quedó igualada. Luego se recuperó, pero ya no alcanzó. El resto es historia.

Y en ese sentido, otro punto. ¿Se estuvo preparado para no darle chance a que un árbitro “te robe” y te mate? Por lo sucedido, parecería que no. No hubo esa fortaleza sicológica. ¿Quién no sabe que a los brasileños lo ayudan los árbitros? Todos lo saben y tanto lo saben, que varios periodistas advirtieron antes del juego. “Cuidado con la mano arbitral”. Había que estar preparado para ello. Ir con la mente que “nos van a robar, pero si nos roban, matamos al ladrón”, como lo matas, jugando bien, no decayendo, no bajando los brazos, no desconcentrándose. Nada de eso se hizo. ¿El resultado?: poco después con un EMELEC caído legó el segundo gol.

La calidad

Y ahí viene otra parte del análisis la calidad del equipo y como haces esfuerzos para enfrentar la competencia. Mientras Flamengo con miras a ser campeón, adquirió para la segunda parte del torneo, seis refuerzos de alta calidad y alto costo, EMELEC adquirió dos, que ni siquiera pueden ser analizados si valen o no, porque no jugaron. Pero sobre el papel eran dos contrataciones de jugadores sin cartel ni trayectoria. ¿Es el venezolano Pernía, es seleccionado de su país siquiera? No. Entonces no es de los mejores de su país. ¿Lo es Leguizamón? Tampoco. ¿Qué contrataron? Aun no se sabe. Y eso para ser objetivo. Porque en el análisis previo, se puede decir que se contrataron dos jugadores de medio nivel y esto es. ¿Qué contrató Flamengo? Casi nada cinco jugadores, tres de ellos estrellas que vienen de un continente que “no representa nada” en el fútbol, de equipos que “jamás ganaron nada”, “de un fútbol “que nadie ve porque es malo”, de un continente al que llaman Europa, continente donde se inventó el fútbol, donde están los equipos (Selecciones) que han ganado varias veces Mundiales de Fútbol, donde hay clubes, que han sido campeones mundiales, donde juegan los mejores jugadores del mundo. Hacia allá miró Flamengo, que es además del país que más veces ha sido campeón mundial. Claro, la plata que tiene Flamengo no la tiene Emelec, pero creo que pese a la diferencia economía, la economía azul da para más. Flamengo se armó para cosas grandes, Emelec, no.

Así, Flamengo trajo: al lateral Rafael Alcântara do Nascimento “Rafinha”, que viene de un equipo de “segunda”, de un equipo “malo”, de una “liga mediocre”, siendo un jugador “desconocido”. Solo viene del Bayer Munich de Alemania, nomás. ¿Es o no un lujo un jugador que viene de Europa, de Alemania, de uno de los mejores equipos del mundo, en el que no juega cualquiera? ¡ah!, ¿quién metió el penal definitivo? ¿No fue Rafinha? ¡Ah!, no es que los millones no juegan al fútbol. Y junto a Rafinha llegaron: el central español Pablo Marí, cuyos derechos pertenecían al Manchester City inglés y jugó la última temporada cedido al Deportivo La Coruña español; el centrocampista Gerson Santos da Silva, Gerson, que rechazó una oferta del Dínamo de Moscú ruso por ir al Flamengo, que viene de la Fiorentina de Italia; al lateral izquierdo brasileño Filipe Luís Kasmirski, más conocido como Filipe Luís, que llegaba tras jugar 14 años en Europa, que procede de Atlético Madrid y antes del Chelsea de Inglaterra y que viene de ganar la Copa América con su selección. ¿Poco, no? Además del mismo Brasil, Flamengo contrató a Joao Lucas de Almeida Carvalho, (Joao Lucas), el jugador más destacado del Bangú en el campeonato carioca 2019 y al volante ofensivo uruguayo Giorgian De Arrascaeta (ex del Cruzeiro). Una pregunta suelta ¿Quién anotó el primer penal del Flamengo, ese que da seguridad a sus compañeros si lo convierte? ¿No fue De Arrascaeta? ¡Ah!. Los millones no juegan al fútbol. Y antes, a inicio de año: contrató al brasileño Gabriel Barbosa Almeida “Gabigol”, cedido a préstamo por el Inter de Milán. Háganme acuerdo ¿Quién anotó los dos goles del Fla ante Emelec? No fue acaso Barbosa. ¡Ah! Los millones no juegan al fútbol. Una más ¿Cuántos extranjeros tiene Flamengo?, suponiendo que los extranjeros son buenos refuerzos: seis, porque él español Marí, se sumó a los colombianos Gustavo Cuéllar y Orlando Berrío, al peruano Miguel Trauco, al paraguayo Iván Piris y al uruguayo Giorgian De Arrascaeta. No definitivamente, no “los millones no juegan al fútbol”.

El Antecedente

No hay que olvidar, que Emelec, anduvo en la Copa entre tumbo y tumbo y fue muy irregular. Que al final lo pudo haber sonado la flauta, sí, pero no le sonó. Pero no tuvo un rendimiento regular que a la larga le pasó su factura. Veamos. ¿Cómo inició la Copa? Empatando de visitante 0-0 en Caracas con Lar de Venezuela, podría decirse que es meritorio un empate de visitante, pero en ese caso, quizá no lo sea por la calidad del rival, al que se debe ganar en casa y afuera, si se quiere pensar en grande, algo que no se hizo. En ese partido se perdió un penal, además por parte de Brayan Angulo. Luego en la segunda jornada, otro empate más esta vez en casa 0-0 con Huracán y luego cierra la ronda de los partidos de ida, perdiendo como local ante Cruceiro 1-0. Inicia mal la rueda de revanchas, empatando una vez más 2-2 con Deportivo Lara en Guayaquil y cierra la ronda de ida. Hasta allí estaba eliminado. Así se adelantó a decir y escribir el periodismo deportivo ecuatoriano. Grave error. No se adelantan criterios hasta antes que sucedan, porque en el fútbol, nadie es adivino. Luego vino la resurrección que sonó a milagro. Ahí sí tuvo casta, Emelec, la casta que le faltó en el juego final en Brasil. El “muerto” se levantó, el “eliminado” clasificó, merced a dos admirables y grandes victorias de visitante ante Huracán 2-1 en Argentina y por el mismo marcador a Cruceiro en Brasil, con lo cual terminó segundo en su grupo con nueve puntos merced a dos victorias, tres empates, una derrota, seis goles a favor y cinco en contra, pero a seis puntos de diferencia del primer clasificado que hizo 15. Pero allí hay dos pequeños detalles que no son tan pequeños. Ambas victorias de visita las hizo ante equipos que le pusieron al frente un cuadro en su mayoría con suplentes, los argentinos porque ya estaban eliminados de la copa y se guardaban para un juego de su torneo local y los brasileños porque ya estaban clasificados. Que ese no es problema de Emelec, es cierto. Que supo aprovechar la circunstancia, también es cierto, que a la larga el resultado sirvió, indiscutible. Pero no deja de ser un detalle menor.

Volviendo al final y para concluir. ¿Quién clasifico? ¿El millonario Flamengo o el pobre Emelec?. Lo hizo Flamengo porque sus jugadores tuvieron mayor jerarquía. Punto. Porque los penales no son lotería, son de calidad y casta y esa la tuvo Flamengo, no Emelec. Hasta que EMELEC y su dirigencia no entienda que la Copa Libertadores se juega con un plantel de grandes jugadores, no va a llegar a más. Para suerte y en desmedro del presidente emelecista Nassib Neme, tiene una fortuna bárbara, o un ojo, quizá ¿Quién sabe?, que la cosa le sale. Contratando extranjeros sin mayor nivel, que ni siquiera son titulares, lo cual es un grave perjuicio a sus intereses, le ha bastado. Entonces debe y con derecho creer, que eso resulta, que así es la cosa. Sin extranjeros valiosos fue tricampeón nacional, sin foráneos de calidad, estuvo muy cerca de clasificar a tercera ronda de Copa Libertadores en esta edición. Da para pensar ¿está equivocado el presidente Azul con los foráneos de poca monta? Parecería que no, porque las cosas le salen, porque la plantilla de jugadores nacionales saca la cara. Pero así no es la cosa. Una filosófica sentencia dice: “apúntale a la luna, si no le das, al menos le das a las estrellas”. EMELEC no apunta a la luna, ni siquiera a las estrellas, tiene estrella que es otra cosa y esa le cae y lo salva. Flamengo, le apuntó a la luna y hasta ahora le ha dado a las estrellas, vamos a ver más adelante si es campeón y le da a la luna. Falta. Hasta tanto, EMELEC que no le apuntó a las estrellas y salió estrellado. Eliminado, digno, lo que sea. Sí, pero eliminado.

Fuente : Aurelio Paredes

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